Este genial videojuego fue creado por Keichiro Toyama, el primer Silent Hill salió a la luz en 1999 en la plataforma de Sony PlayStation. La historia se centra en Harry Mason, su llegada a Silent Hill y su lucha por encontrar a su hija adoptiva, Cheryl Mason. Durante este videojuego de horror de supervivencia, el protagonista descubre que Cheryl tiene un pasado perturbador mientras los detalles de su origen son revelados.
Silent Hill es una pequeña localidad ficticia de estados unidos, situado alrededor de un gran bosque. La trama señala que Silent Hill siempre ha tenido una presencia sobrenatural, pero los eventos de violencia y muerte que el pueblo ha tenido desde su fundación han pervertido esas energías y las han transformado en algo más oscuro. Silent Hill se manifiesta a sí mismo al menos en tres dimensiones paralelas: como un pueblo normal, callado y aparentemente deshabitado, como un pueblo cubierto por una niebla sobrenatural y como un pueblo oscuro y sombrío lleno de imágenes infernales y perturbadoras. Sólo las últimas dos dimensiones son visitadas por los protagonistas de los juegos en las que extrañas y desfiguradas criaturas rondan las calles y edificios y, en algunos casos, dichas dimensiones se interconectan entre sí. Dentro de la trama del siniestro pueblo existe un culto religioso conocido simplemente como La Orden. La Orden a menudo recurre al asesinato, secuestro, tortura y otros actos de extrema violencia para satisfacer sus necesidades. Aunque no todos sus miembros están locos o son violentos, muchos de ellos sí lo son. La mayoría de sus miembros se vuelven locos por sus métodos y también por la excesiva crueldad de los mismos. Otro elemento de gran factura es la música, compuesta por Akira Yamaoka, que ambienta. La banda sonora consta de 42 piezas de género variado, a destacar la mandolina de la pieza principal del juego, titulada “Silent Hill”, que será la base de varios temas de otros títulos de la saga.
A título personal, debo decir que ha sido uno de mis videojuegos favoritos, yo no soy un experto en la materia, pero, aunque parezca mentira, jugábamos en familia y compartíamos acertijos, sustos y más sustos y resultaba muy emocionante.